Tras un fin de semana cultural por la ciudad de Chihuahua, me dispongo a compartir con vosotros algunas fotos de la casa museo de Pancho Villa. Poco hay que añadir en realidad a lo que ya se puede leer en la wikipedia acerca de este histórico personaje; y tampoco se puede decir que me haya convertido en un experto tras una hora larga caminando por la que fue (temporalmente) su vivienda. Pero sí puedo aportar algunas impresiones de los autóctonos acerca de su figura, de lo que supuso y de su memoria; y también, como no, aportar las mías propias.
Una vida plagada de claroscuros, considerado bandido y héroe a partes iguales (o dependiendo de con quién hables) fue un hombre con una vida intensa durante los cincuenta años que vivió. Bandolero en sus inicios, encarcelado y fugado para posteriormente liderar la División del Norte. Y una vez retirado, vuelta al bandidaje, como fue el caso de la batalla de Columbus. Dicen de él que ha sido de los pocos en darle en la madre a los gringos y salir airoso; de ahí la Expedición Punitiva que enviaron (fracasando estrepitosamente) y en la que curiosamente participaron los que posteriormente sería grandes generales de la Segunda Guerra Mundial, Eisenhower y Patton.
Chihuahua fue para nuestro protagonista una plaza especial, en donde encontró refugio de la mala vida de bandolero, dio sus primeros pasos como político e incluso llegó a gobernar durante un periodo largo. También aquí vivió con la que se consideró su esposa oficial (el tipo listo se casó más de 70 veces) en la casa Quinta La Luz. Aquí quedan expuestos todavía los muebles de la época, repartidos en las diferentes salas que componen los más de 2.000 m^2 de la vivienda. Lástima que el ejército no permita sacar fotos de los interiores, pues había algunas piezas curiosas, como la Colt Peacemaker de Villa, o la máscara mortuoria que moldearon al poco de morir asesinado.
Para mí, destacan sobre todo lo que vi y leí la picaresca que mostró en Tecolote, poniendo sombreros a estacas para hacer parecer mucho mayor su grupo de guerrilleros, haciendo batirse en retirada a su enemigo, el General Navarro; una solución genial, y como decía Sun Tzu, la mejor victoria es vencer sin combatir.
Pero a todo el mundo le llega su hora, y a Villa le arrebataron su vida en Hidalgo de Parral (competencia de Bilbao, ya que los parralenses autoproclaman la ciudad como la Capital del Mundo); al parecer, un complot de los gringos y mano ejecutora mexicana dio como resultado el asesinato de Villa. Y no quedó ahí la cosa, pues al cadáver sepultado le robaron la cabeza, como trofeo dicen algunos.
En definitiva, una visita interesante que no queda sólo como un paseo por la que fue su vivienda, sino que también muestra piezas variadas de la Revolución, y que recomiendo a cualquiera que se acerque por allí; la entrada son 10$ (pesos), lo que viene a ser unos 0,58€ o unos 0,77$ americanos. La tienda de souvenirs también dispone de algunas litografías curiosas, carteles de "Se busca", tazas, camisetas y un largo etc. Y sin más demora, unas poquitas fotos de la visita.
Leer más...
Sólo resumen...